Los sueños y el inconsciente.

Los sueños se pueden considerar una expresión normal y creativa del inconsciente. El consciente y el inconsciente no están necesariamente en mutua oposición, si no que se complementan para formar la totalidad de la persona.

El sueño refleja la pulsión hacia lo saludable y creativo, compensando deficiencias del acto consciente y restaurando el equilibrio psicológico. El trabajar con los sueños enriquece la consciencia.

¿Por qué soñamos?

Las últimas investigaciones ligan los sueños con aprendizaje y memoria. También se dice que sirven para desarrollar el sistema nervioso  y como función restauradora,  permite que el sistema nervioso no central  se relaje mientras la mente esta activa  Los sueños limpian el cerebro, evitándole una sobrecarga de información que le quitaría eficacia. Es como el reset de un ordenador.

Hay diferentes teorías para explicar por qué soñamos: satisfacer deseos, almacenar la información de los acontecimientos vividos en vigilia en la memoria de procesamiento a largo plazo, o procesar emociones.

El estudio sobre los  mecanismos cerebrales que conducen a los sueños indican que todo empieza con la activación de un pequeño grupo de neuronas en el hipotálamo que funcionan como un interruptor del sueño. Este proceso aísla la corteza cerebral  del mundo externo  recibiendo solo estímulos generados desde dentro, un bombardeo caótico de señales procedentes del tallo cerebral.

Fisiología del sueño:

Desde un punto de vista fisiológico. El sueño tiene cuatro fases. Estas fases de sueño de ondas lentas, (delta y theta) o sueño (SOL) y (NoREM).  Se consideran el dormir.  El sueño ligero o estado hipnagógico, que sería la primera fase. Es cuando empezamos a quedarnos dormidos y tenemos ensoñaciones, nos suele pasar habitualmente cuando recién nos acostamos o cuando por ejemplo nos quedamos medio dormidos viendo una película en el sofá. Entrando el cerebro en ondas alfa igual que en meditación y disminuyendo en las siguientes fases. Y la vigilia seria las ondas beta.

Posteriormente en la segunda y tercera fase de sueño de ondas lentas o (SOL), se da un bloqueo de los mensajes sensoriales y se genera la pérdida de conciencia. Es aquí donde empezamos a dormir y tener sueño profundo, entrando en ondas delta.  Pero en medio de estas tres fases hay picos de sueño REM.

El sueño de la fase REM (Rapid Eye Movement) o sueño paradoxal con ondas cerebrales rápidas y de bajo voltaje, ondas theta, vinculadas al movimiento ocular rápido. Estos movimientos oculares, genera picos sinápticos en el cerebro, que regulan y estructuran la memoria implícita o emocional (lo que sentimos a nivel inconsciente) con la explícita o racional (lo que pensamos y hacemos a nivel consciente). Regulando así los ritmos circadianos entre la noche y el día a nivel mental y los ritmos ultradianos que son los cambios biológicos cerebrales entre un hemisferio y otro.  Generando así, nuevos aprendizajes.

A medida que se descansa el sueño REM aumenta considerablemente es como si el cuerpo necesitara primero descansar para poder realizar luego su propia tarea, que son los sueños…. Y es aquí cuando la cámara se pone en marcha, viviendo el cerebro aventuras increíbles.

http://www.ub.edu/pa1/node/130

O sea:

Fase I: Somnolencia. Apenas cerramos los ojos y nos quedamos dormidos, el cerebro entra en el primer estado, esta primera fase es una especie de zona intermedia entre el estar despierto y dormido. La tensión muscular decrece y la respiración se suaviza. Suele pasar durante estos momentos que si se despierta al dormido durante esta etapa, reaccionará con rapidez y negará haberse quedado dormido. Paso de vigilia de ondas beta o gamma a alfa.

Fase II: Sueño superficial. Las ondas del cerebro se alargan y regularizan. Se bloquean todos nuestros sentidos, si bien el sueño en esta etapa todavía no es del todo reparador. Ondas alfa. Estado hipnagógico. Entramos en (SOL).

Fase III: Sueño medianamente profundo. Las ondas cerebrales aumentan en tamaño y lentitud. Las funciones de todo el organismo en su conjunto son cada vez más lentas. En caso de despertarnos en esta fase, nos encontraríamos ciertamente desorientados. Paso de ondas alfa a theta, sueño (SOL) y (NoREM) aquí podría empezar a haber picos de sueño REM. Paso de ondas alfa a theta. Aquí los sueños serían como ver una película.

Fase IV: Sueño profundo. Se entra en la total inconsciencia. Un electroencefalograma revelaría ondas cerebrales extremadamente largas y suaves. Es donde logramos el sueño más profundo, y por lo tanto, donde nuestro organismo puede recuperarse tanto física como psíquicamente. En caso de haber sueños durante esta etapa, no serán como ver una película, sino juegos de formas y luces. Sueño SOL normalmente con ondas delta en general y con ondas periódicas en theta (REM). En este estado los picos de sueño REM son cada vez más largos, hasta producirse el despertar nuevamente a vigilia. Hacer notar que del paso de sueño profundo (SOL) a vigilia no se pasa de ondas delta a beta (vigilia) de golpe sino que hay un paso intermedio en ondas gamma, que son las ondas de la antesala a la vigilia nuevamente.

Mientras una persona poco a poco cae en el sueño, y pasa progresivamente por estas fases, la actividad del cerebro dibuja un patrón de ondas lentas. Pero tras seguir avanzando en la fase IV ocurre algo fascinante. El dibujo del electroencefalograma vuelve súbitamente a dibujar una tormenta de líneas sin sentido, un trazado caótico que nos indica que el paciente esta despierto, pero si observamos a la persona, la vemos completamente dormida, y no solo está dormida, si intentamos despertarla nos costará aún más que en la fase IV. Es el sueño más profundo, y si conseguimos despertarla nos dirá, probablemente, que estaba soñando.

En el sueño REM, si nos fijamos en los ojos cerrados del durmiente, advertiremos que debajo de los párpados los ojos bailan con movimientos rápidos.  Aparece cada hora y media aproximadamente durante toda la etapa del sueño y es  donde se dan movimientos oculares, es un sueño desincronizado, profundo, el tono muscular es relajado pero hay actividad en el sistema  nervioso simpático. Por eso se llama sueño paradójico o paradoxal.  Las ondas cerebrales son muy parecidas a las del estado vigilia, si se despierta a una persona en esta fase, recuerda lo que está soñando.

Para que aparezcan fases REM se necesita un funcionamiento adecuado de las funciones cognitivas. El cerebro deja de emitir señales a la médula espinal y la musculatura del durmiente está quieta, lo que impide llevar los sueños a la acción. Después de los diez minutos de la fase REM se pasa de nuevo a las otras cuatro fases. Las cuales se irán turnando cíclica-mente con las fases REM durante toda la noche, de manera inversamente proporcional.

En una noche se dan cuatro o cinco sueños que duran aproximadamente de unos cinco a veinte minutos. Las pesadillas también se dan en la fase REM. Los terrores nocturnos suelen darse en la fase IV. Después de los diez minutos de la fase REM se pasa de nuevo a las otras cuatro fases de nuevo. Las cuales se irán turnando con las fases REM como comentabamos en el párrafo anterior.

El sueño y las patologías:

El contenido  de los sueños puede tener también relación con psicopatologías, las personas con depresión tienen  contenido masoquista en los sueños con necesidad de dependencia, y pensamientos e ideas de auto fracaso. Las personas con depresión endógena tiene más sueños REM, sus sueños son más intensos. Las personas que sufren de ansiedad, sueñan con amenazas personales, los sueños de los esquizofrénicos y paranoides reflejan soledad o peligro. Las personas histriónicas, narcisistas o con trastornos de personalidad límites, o evitativos tienen sueños relacionados con el exhibicionismo o  la conducta agresiva sexual.  Los psicópatas y sociópatas tienen sueños con actividades sociales prohibidas.

El estrés tiene también un efecto profundo en los sueños. Las situaciones estresantes antes de ir a dormir alteran el contenido del sueño, más que una situación neutral o benigna. Los sueños o pesadillas recurrentes, (caer en vacío, suspender una prueba evaluativa ya sea a nivel académico o profesional)  representan conflictos actuales que la persona no ha resuelto. En los niños se pueden dar terrores nocturnos (que no son pesadillas) en la fase IV del sueño y no tienen por qué ser patológicas. Ya que estos terrores nocturnos están vinculados al desarrollo cerebral del infante. Hablamos normalmente de cero a tres años.

Datos:

Todas las personas sueñan en la noche y varias veces:

Pero únicamente recordamos unos pocos. Todo parece indicar que las personas que no recuerdan sus sueños intentan evitar o negar las experiencias no placenteras, son personas más inhibidas, y auto controladas que las que recuerdan sus sueños. También aparece asociado a un estado cognitivo, interviniendo: pensamiento divergente, productividad asociativa , habilidad imaginativa y riqueza de vida interior. Para los psicoanalistas no recordar los sueños refleja reprimirlos

El recordar sueños  se puede practicar,  de hecho hay libros que ofrecen técnicas para recordar sueños. Leáse: (Barea, 2001)

Los sueños de carga emocional  que provocan ansiedad se recuerdan más que los sueños placenteros.

Los sueños que más se recuerdan son las que se sueñan mas tarde. Las personas con sueño ligero recuerdan más fácilmente que aquellas que tienen un sueño profundo, quizá porque las primeras están mas cercanas a un estado de vigilia.

Las mujeres recuerdan más los sueños que los varones.

Curiosidades del sueño:

Los bebés sueñan aproximadamente  el cincuenta por ciento del tiempo que pasan dormidos

Los sueños decrecen durante la infancia y adolescencia. A la edad de veinte años habremos tenido unos cuarenta mil sueños y a los cuarenta unos setenta mil.

Ningún sistema de interpretación standar de sueños sirve para todos los sueños. Algunos sueños son para siempre misteriosos y dependen de la realidad subjetiva del soñante.

Muy a menudo los sueños contienen mensajes que proceden del subconsciente.

Generalmente los sueños reciben su “inspiración” de lo vivido en el día o los dos días precedentes a la noche que aparecen.

La experiencia visual (imágenes) es la que más fuerte se proyecta en  sueños y le sigue la auditiva, pudiendo haber kinestésicas. Durante el sueño hay incluso  movimientos del oído interno. Con menos frecuencia se dan sensaciones gustativas y olfativas.

INTRODUCCION A LA HISTORIA DEL TRABAJO DE LOS SUEÑOS EN TERAPIA.

La historia de la interpretación onírica se remonta a unos tres mil años atrás. Hay dos enfoques  de interpretación, (Kaplan, 1990):

NO PSICOLOGICA Aquí se incluyen  todas las teorías que consideran el sueño como un mensaje, revelación de hechos o fuerzas ajenas a la persona que sueña.  Dentro de estas interpretaciones destacan las que daban los pueblos primitivos, que igual que algunas comunidades indígenas relacionan el sueño con el mundo divino o demoníaco de su mitología. También es importante la interpretación de sueños por medio de claves lo cual facilita un significado específico de cada elemento. Tenemos ejemplos de esto en el antiguo Egipto, escritos de la india o en la biblia. Hay tribus como los sanoi cuya vida en el poblado está centrada  en los sueños. Esta sociedad es extremadamente pacífica que utiliza los sueños para crear armonía de bienestar en su cultura

PSICOLOGICA– Estas se inician con Hipócrates, quien en su tratado medico hace referencia a la relación existente entre los sueños y las enfermedades, dedicando un capítulo completo a este tema. Platón y Aristóteles también hacían mención al sueño como una actividad psíquica que tenía lugar durante el estado de reposo.

Los sueños han sido un campo de interés para muchos autores del campo de la psicología y la antropología. Entre los que destacamos a Freud, Jung y post-jungianos, léase: Fraser Boa o Marie Louis Von Franz, Andrew Sammuels, etc.

Para Freud y los freudianos el sueño es  la vía más directa para llegar a conocer el inconsciente ya que son la realización imaginaria de un deseo prohibido. La interpretación freudiana de los sueños es fuente de esclarecimiento en la dinámica conflictiva del individuo. Para Freud lo que se recuerda del sueño es la parte manifiesta, el contenido latente  son los deseos e  impulsos que se esconden en el sueño. Ya que el sueño para Freud se consideraba patológico, (Freud, 2005).

Freud muestra que el inconsciente  es la parte de nuestra psique que ordena todo nuestro pensar y sentir. Según sus palabras: “El yo no es el señor de su propia casa”. El análisis de los sueños es para él la “vía regia” de acceso al inconsciente. Los psicoanalístas posteriores, ortodoxos o no, persisten en este posicionamiento.

Para el psicoanálisis es importante distinguir en los sueños el contenido manifiesto y el contenido latente.

El contenido manifiesto Es lo que se recuerda. de los sueños es la historia o sucesos tal como el soñante los vive, es un material elaborado a partir de las experiencias cotidianas y los deseos reprimidos mediante los distintos procesos de elaboración onírica. El contenido manifiesto no se encuentra en el nivel del significado, sino del símbolo

El contenido latente Los deseos e impulsos que se esconden en el sueño.  es el significado verdadero del sueño, el psicoanalista se esfuerza por interpretar el contenido manifiesto del sueño que el paciente le relata, para revelar el contenido latente, su significado.

El contenido latente reprimido se transforma en el sueño latente, tal como lo recordamos al despertar. Para Freud los sueños aparecen para afrontar nuestros deseos intra-psíquicos primitivos infantiles, como los residuos edipales hacia el progenitor del sexo opuesto.  Lo que ocurre durante el día estimulan estos deseos infantiles  que no son aceptados por nuestra consciencia  y están reprimidos durante la vigilia, este material surge en los sueños de forma distorsionada. Para los freudianos  representaban un compromiso entre la necesidad de dormir y la necesidad de expresar memorias o impulsos no resueltos. El análisis de este material puede permitir comprender nuestros impulsos inconclusos e inaceptables, digamos que los deseos se hacen más aceptables distorsionando la naturaleza.

El método freudiano de la interpretación de sueños es la asociación libre , se le pregunta al cliente que diga lo que le aparezca en la mente. Freud también utilizaba sus propias asociaciones, su conocimiento de transferencia  y de las resistencias para hacer interpretaciones, aunque consideraba a la persona que sueña  la llave para encontrar el significado de sus propios sueños.

Para Jung  y los post-junguianos: los sueños son  una expresión normal y creativa del inconsciente y representan partes de nuestra personalidad que no pueden permitirse aflorar cuando estamos despiertos y que no son conocidos por nuestra consciencia.

En la terapia jungiana la interpretación de los sueños es uno de los principales métodos utilizados. Para Freud los sueños representan deseos infantiles y para Jung el sueño representa el momento actual de la persona.  Los sueños permiten unir el consciente con el inconsciente y ayudan al que sueña a darse cuenta de sentimientos que no son conscientes para él.

A diferencia de Freud, Jung no reduce todos los símbolos a una idea específica, y piensa que hay símbolos que son únicos a la persona, y otros son universales y compartidos por toda la gente.  También a diferencia de Freud, Jung no utilizaba diván ya que le interesaba ver las expresiones faciales del paciente que le servían para deducir conflictos del mismo.

Los símbolos y las imágenes en el sueño son el lenguaje del inconsciente, y el sueño expresa algo psíquico que solo puede ser  traducido parcialmente en términos racionales. Jung pone énfasis en la vida del soñador intentando encontrar la manera en que el sueño  puede ser un tesoro creativo para potenciar la personalidad. Para Jung , el sueño puede contribuir al equilibrio psicológico de la persona en vez de una válvula de escape para las presiones causadas por los pensamientos reprimidos, (Franz y Boa, 1997).

Jung diferenciaba:

El inconsciente personal. Constituye la memoria individual y profunda de la persona. Contiene las vivencias y experiencias individuales, los pensamientos (incluso los olvidados), las sensaciones, los deseos y las proyecciones a acciones futuras.

El inconsciente colectivo. Se construye a partir de los símbolos y conceptos universales, comunes a todos los seres humanos. Son los instintos, los mitos, la cultura, las religiones, la historia, etc. Jung llamó “arquetipos” a este conjunto de imágenes y representaciones universales.

Según Jung, en los sueños aparecen a menudo cinco arquetipos:

La persona (máscara). Es la apariencia del individuo, lo que se muestra a los demás. Los individuos adaptan su conducta, actitudes y personalidad según el grupo social al que pertenecen. La ‘persona’ es lo que uno mismo y los demás piensan que es.

La sombra. Agrupa a todo lo que un individuo no quiere que se conozca, lo que se resiste a tomar consciencia. Son los defectos, los malos recuerdos, las angustias, las experiencias dolorosas, etc. Esta parte negativa de la personalidad aparece en los sueños como imágenes de sujetos transgresores. La sombra es lo que se prefiere no ver.

El alma. Este arquetipo tiene dos formas distintas: el ‘animus’ y el ‘anima’. Son dos polaridades. La energía masculina (animus) nos empuja a ser racionales. La energía femenina (anima) incita al uso de la intuición y la imaginación, es el polo más afectivo. En los sueños se representan respectivamente como figuras masculinas y figuras femeninas.

El espíritu. Este arquetipo aparece ante una situación crítica y decisiva en la vida. En los sueños aparece en forma de figuras ancestrales de autoridad: magos, sacerdotes, monjes, patriarcas, etc.

El self. Es el arquetipo central, la totalidad del Hombre. Es una entidad sobre-ordenada al Yo. Abarca el consciente y el inconsciente. En los sueños está representado por el embarazo, por un niño o un bebé.

El inconsciente para Jung no es un mero reservorio de los deseos reprimidos sino un universo más real e infinitamente más rico para un individuo que su propia conciencia. La interpretación de los sueños y de los símbolos depende en gran parte de las circunstancias individuales del soñante y del estado de su mente.

Los sueños sirven de compensación y con frecuencia revelan elementos que no son individuales y que no se derivan de la experiencia personal del soñante. Esos elementos son los arquetipos o imágenes primordiales, formas mentales que no se pueden adjudicar a la vida del sujeto y que parecen ser innatas, heredadas por la mente humana.

Según Jung, para la interpretación de los sueños el profesional debe conocer la mitología en su más amplio sentido, ya que sin esos conocimientos no se pueden hallar analogías importantes. (Jung, 1982)

Los símbolos que aparecen en los sueños son los intentos naturales para reconciliar y unir los opuestos dentro de la psique. Por ejemplo, la imagen arquetípica del héroe evoluciona de manera que refleja cada etapa de la evolución de la personalidad humana. Lo que se denomina proceso de individuación.

Jung descubrió no sólo que todos los sueños son significativos en diversos grados para la vida del soñante sino que todos ellos forman parte de las tendencias individuales que hacen posible el proceso de individuación. Su desarrollo depende del ego, si está dispuesto o no a escuchar el mensaje del self.

El trabajo con los sueños:

Los post-jungianos en el trabajo grupal sobre sueños piden a la persona que relate el sueño despacio y de forma presente y los miembros del grupo tienen que sentir las emociones según la persona relata el sueño. Después todos los miembros del grupo describen sus reacciones físicas al sueño. El objetivo del grupo es sacar a la luz todos los sentimientos para que no se manifiesten mas como síntomas. En la terapia post-jungiana se siguen dos fases:

La asociación libre que proviene del inconsciente en respuesta a los imagos del sueño y las partes de uno mismo o “self”. Después de comprender las imágenes se buscan las partes intrínsecas del self que están representadas por las mismas donde cada parte del sueño represente la parte de uno mismo. Esto conduce al desarrollo del self que también es una de las metas de la terapia Gestalt.

En Gestalt es esencial no hablar “acerca de”, sino compenetrar la experiencia. Perls dice que cuando el soñante relata el sueño, cuenta una historia (pasada). Entonces lo invitamos a relatar el sueño en primera persona y en tiempo presente, como si ocurriera en este momento (aquí y ahora). Naranjo dice que así podemos “entrar” en el sueño en vez de “traerlo a la mente”.

El segundo paso consiste en que la persona pase de ser el autor del sueño a ser director de escena (que tenga poder sobre su propio sueño).

Lo invitamos a representar partes del sueño como aspectos de la propia vida, a hablar y actuar como si fuera esos elementos de su sueño. Mediante esta técnica de dramatización se persigue la reapropiación de la proyección (el soñante ha alienado partes suyas en el sueño)  en el trabajo con el “aquí y ahora” el sueño no se interpreta, se vive en ese momento en relación con la vida real y acaba siendo una base para la elaboración de una experiencia nueva. En el “aquí y ahora” la persona pasa del ser autor y director al ser también actor. (Martín, 2009).

Hay varias posibilidades:

Se pueden interpretar por parte del soñante todos los papeles para llegar a identificarse totalmente, aunque normalmente no hace falta trabajar la totalidad, porque el cambio parte del identificarse con alguna parte; aun trabajando una parte del sueño se da el crecimiento y la integración;

Se puede trabajar con proyección y toma de contacto combinadas: como recuerda Polster, más allá de la proyección, se puede usar el sueño como base para que el paciente experimente. Por ejemplo: en el sueño donde aparezca una piscina, la paciente puede representar el agua, pero también lanzarse desde el trampolín…A parte de la reapropiación de la proyección, esta técnica permite integrar conflictos.

Existe también la técnica grupal donde cada integrante del grupo teatraliza los aspectos del sueño que tienen que ver con su vida. El soñante puede asignar los papeles o aceptar a voluntarios: en el primer caso es director de escena, en el segundo les da carta blanca y se sintoniza con la experiencia de los demás, que le ayuda a reapropiarse e la proyección.

En el proceso el terapeuta facilita el darse cuenta, apoyando y confrontando (por ejemplo, las evitaciones, o resistencias a identificarse con las partes alienadas, cuando el paciente habla acerca de, o se queda en blanco, o racionaliza, interpreta). La integración deriva del hecho que el paciente al representar las partes asume “este sueño soy yo” (para ayudar el paciente en este proceso, puede ser útil que repita la frase “esta es mi vida” al final de cada trozo de relato del  sueño, al identificarse con las partes alienadas. Así como, si el paciente “no recuerda”, o el sueño se interrumpe bruscamente, invitarlo a “inventar” cómo seguiría el sueño.

Aquí les he dejado una breve exposición sobre los sueños y el inconsciente, fisiología del sueño, contenidos y forma de abordaje psicoterapéutico desde técnicas postjunguianas a técnicas gestálticas. Aunque habrá más contenido al respecto en futuros post.

Bibliografia:

Barea, C. (2001) “El sueño lúcido”. EDITORIAL OCEANO, Grupo Océano, Barcelona.

Freud, S. (2005)   La interpretación de los sueños / Sigmund Freud ; (traductor, Luís López-Ballesteros y de Torres) Madrid : Alianza, 2005

Jung, C. G. (1982). “Energética psíquica y esencia del sueño”. Barcelona: Editorial Paidós.

Kaplan, S. (1990) “Manual para la interpretación de los sueños”. EDAF; Madrid 1990.

Martín, A. (2009) “Los sueños en psicoterapia Gestalt” Ed. Descleé de Brouwer, colección serendipity, Bilbao 2009.

Von Franz, M.L. y Boa, F. (1997). “El camino de los sueños”: Dra. Marie-Louise von Franz en conversaciones con Fraser Boa. Santiago de Chile: Cuatro Vientos Editorial. 1997.

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