El trauma relacional en el niño y adolescente.

El trauma relacional tanto en la primera infancia como en la adolescencia afecta al desarrollo sano del cerebro, ya que esta vinculado a las figuras de apego. Los conflictos sin resolver en la socialización primaria, normalmente del nacimiento a los ocho años de edad, generan en el infante unos circuitos corticales y subcorticales excesivamente reducidos a nivel neuronal, que ya de por si son pequeños, ya que estan en crecimiento.

Esto a la larga lleva a una menor regulación del lóbulo frontal. En el adolescente este mismo problema le lleva a desarrollar un sentido de identidad propio inadecuado como alguien distinto y separado de los demas, pero en relación insana con ellos, este problema genera distintas ansiedades en el adolescente evocativas a la primera infancia y al maltrato.

En 2004 los investigadores demostraron que existia un mayor riesgo de que los varones adolescentes acabaran en la cárcel, si provenian de hogares en los que habia un padre ausente. Sin embargo el grupo que se enfrenta a mayor riesgo es el de familias reconstruidas con padre y madrastra (Harper y McLanahan, 2004).

Segun Putnam (1997), en sus análisis de las respuestas disociadoras al trauma en niños y adolescentes, subraya que el abuso, ya sea físico, psicológico o sexual, junto con la negligencia, estan relacionados con los tipos de dificultades que surgen en todos los tramos de la adolescencia.

Harper, C.C. y McLanahan, S.S. (2004) “Father absence and youth incarceration”. Journal of Research on Adolescence, 14(3), 369-97

Putnam, F.W. (1997) “Dissociation in Children and Adolescents: A developmental perspective. NY: Guilford Press.

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