Terapia Transpersonal y terapias energéticas.

La sociedad nos frena, nos limita y nos hace caminar como robots asumiendo todas las responsabilidades de la actividad diaria, trabajo, familia, etc. El tipo de sociedad en la que vivimos enfocada al consumismo, avanza tan deprisa que nos impide detenernos en pensar en nosotros mismos.

La familia, las experiencias de la niñez, nuestro ego y sistema de creencias, nuestra cultura o religión en el caso que practiquemos alguna, nuestro lugar de nacimiento, etc. Forman la red de interconexiones e interrelaciones en nuestra vida diaria, siendo ahí donde manifestamos, lo que nos inquieta y nos impide ser felices.

La terapia transpersonal es una nueva forma de abordaje de crecimiento personal, que da la posibilidad al ser humano de mirarse a sí mismo encontrando la verdadera esencia de lo que es.

En este caso el terapeuta acompaña al paciente en el proceso de desidentificación, lo mismo que en el mindfullnes, reajustando sus procesos físicos, emocionales y mentales, orientándolo a una observación sostenida de sí mismo. La terapia transpersonal conecta lo psicológico con lo espiritual alejándose de la terapia occidental que como comentábamos en el apartado del mindfulness, está más centrada en el reajuste del comportamiento, alegando que una persona bien adaptada es sana. Sin tener en cuenta todos los aspectos del ser que transcienden de la personalidad propiamente dicha.

También la terapia occidental tiende más a adaptar al individuo a la sociedad, afirmando que los seres humanos como los animales tienen un sistema adaptativo que responde a los estímulos del medio. Olvidándose de esta manera, el libre albedrio, la voluntad del inconsciente y la transcendencia.

La terapia transpersonal se realiza en tres fases, se acerca al paciente a su ego y se le entrena para que observe su conflicto desde diferentes puntos de vista a nivel introspectivo. Con el fin de soltar creencias y condicionamientos mentales. De esta manera en una segunda fase el paciente romperá su paradigma y creará nuevos procesos mentales. Es así como se accede al pensamiento dual del individuo y al encuentro con su sombra en términos junguianos. El paciente accederá a lo que no le gusta del él, a sus recuerdos traumáticos y a lo que rechaza de sí mismo.

Llegar a  este punto como proceso de catarsis, puede resultar doloroso, pero de esta forma se puede llegar a lo que realmente se es. A la esencia, a distanciarse del ego, a amar sin esperar nada a cambio de manera plena y consciente y a percibir sentimiento de transcendencia y crecimiento espiritual.

Para llegar a este proceso hay que trabajar la respiración, técnicas de regresión y ejercicios de identificación con el testigo interior, estos procesos yo les realizo a través de la meditación guiada y diversas terapias energéticas  de las que hablaremos en siguientes enlaces.

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