El trauma sostenido infantil y la polivictimización.

La polivictimización es el conjunto de acumulación de experiencias de victimización a lo largo de la infancia. O también se puede definir como vivencia durante la infancia de múltiples y distintas experiencias de violencia interpersonal dentro del desarrollo evolutivo del menor. Los efectos de una polivictimizacion se suelen asociar con un peor malestar psicológico y un mayor número de síntomas psicopatológicos de la víctima.

En cualquier caso de polivictimización los síntomas postraumáticos que presentan los  niños y niñas son ligeramente diferentes a los que manifiestan los adultos, especialmente los preescolares. Por ejemplo estos últimos presentan conductas regresivas y somatizaciones, con una mayor dependencia del adulto. Así como  dificultades para conciliar el sueño, trastornos de la alimentación, conductas agresivas, irritabilidad y rabietas. Así como  conductas oposicionistas y destructivas, vinculadas a negativismo desafiante, y también normalmente experimentan trastornos del sueño, como pesadillas y terrores nocturnos. Normalmente el menor suele tener sentimiento de culpa, lo contrario que el adulto. Y también el menor expresa el trauma mediante la representación repetitiva del acontecimiento dentro de sus juegos asumiendo roles o expresándolo a nivel gráfico en sus dibujos o representaciones creativas. (Tareen, Garralda y Hodes, 2007). De ahí el enfoque terapéutico con arteterapia infantil.

Existe una nueva categorización a la polivictimización, propuesta por (Herman 1997) basada en la propuesta de Leonore C. Terr, diferenciando los traumas tipo I y tipo II. Dándose el primero como un hecho puntual tanto en adultos como en menores. Mientras que los del tipo II conllevan una exposición repetida y crónica respecto al acontecimiento traumático. En este caso entraría la victimización en la infancia vinculada a la percepción del niño, al encontrarse este en un estado de cautividad, ya sea físico o emocional. En estas situaciones, el niño se encuentra bajo el control del victimario y esto tiene una serie de implicaciones psicopatológicas, donde la auto percepción de la victima queda comprometida, ya que se asocia a la percepción que tenga el niño del victimario respecto a su sistema de creencias y éste puede ser un familiar. El trauma tipo II se suele dar en maltratos y palizas al infante, junto con el incesto dentro de la familia.

    • Herman, J.(1997) . Trauma and recovery: The aftermath of violence from domestic abuse to political terror. Nueva York: Basic Books.
  • Tareen, A.; Garralda, M. E.; Hodes, M. (2007). “Post-traumatic stress disorder in childhood”. Archives of Disease in Childhood Education and Practice Edition (núm. 92, ep1-ep6).
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